AGUSTIN BARRIOS MANGORE
(1885 - 1944)
Conocido también con su sobrenombre de Mangoré, es el guitarrista y compositor paraguayo de música clásica más reconocido. Comenzó a tocar la guitarra desde niño, con participaciones esporádicas desde los ocho años en la Orquesta Barrios, integrada por miembros de su propia familia. Dotado de gran facilidad para la música, alternaba el violín con la flauta y el arpa, aunque más adelante eligió la guitarra como su instrumento principal. En 1910 inició los estudios de este instrumento con Antonio Giménez Manjón. Pronto logró conciertos en México y Cuba de la mano del mecenas Tomás Salomini. Tras proseguir sus estudios en Asunción, viajó por Argentina, Uruguay y Brasil. En 1925 se trasladó nuevamente a Brasil e inició luego un recorrido por todo el mundo. Aquel año se casó con Gloria, su inseparable compañera. De la labor de Agustín Pío Barrios como compositor se destacan principalmente su versatilidad y su técnica. En su juventud recibió las influencias de Bach y Mozart; sin embargo, en otra vertiente de su producción, predominan los ritmos y melodías de música hispanoamericana. John Williams, el renombrado guitarrista australiano, lo calificó como el mejor compositor de todos los tiempos para la guitarra. Se estima que compuso más de trescientas obras (entre las que pueden citarse La catedral, Las abejas, Confesión, Danza guaraní, Mazurca apasionata), muchas de ellas perdidas.
ANDRES SEGOVIA
(Linares, España, 1893 - Madrid, 1987) Guitarrista y pedagogo español. Junto a Narciso Yepes, fue el principal responsable de la consolidación de la guitarra como instrumento de concierto, a un nivel comparable al que ocupan el violín y el piano, al menos en cuanto a la calidad de las piezas.
Guitarrista a pesar de la oposición de su familia, que pretendía que estudiara un instrumento de más prestigio, dio su primer recital de guitarra en Granada en 1909, con sólo quince años de edad. Se había interesado antes por el violín, el violonchelo y el piano, pero finalmente se sintió atraído por la singularidad melódica de la guitarra. Posteriores conciertos en Madrid y Barcelona hicieron su nombre popular, y, tras diversas giras por Hispanoamérica (la primera de ellas en 1916), triunfó en 1924 en un concierto que dio en Paris y que supuso su consagración como uno de los mejores intérpretes del mundo.
A éste siguieron otros recitales en Moscú (1926), en Estados Unidos (1928) y en diversas capitales del mundo. Grabó su primer disco en 1927. Durante la guerra civil residió en Ginebra y mostró su adhesión al general Franco. Tras la contienda, Andrés Segovia sumó a sus labor como músico e intérprete la de profesor. Hasta 1964 ejerció la docencia en la Academia Chigiana de Siena. Enseñó también en Ginebra y en Santiago de Compostela.
Segovia sintió siempre la viva necesidad de renovar el repertorio guitarrístico. A tal efecto, llevó a cabo numerosas transcripciones de obras de Isaac Albéniz, Bach o Chopin, y encargos de partituras nuevas a compositores como Milhaud, Moreno Torroba, Ponce, Joaquín Rodrigo o Heitor Villa-Lobos, entre otros, a lo largo de sus más de tres cuartos de siglo de carrera. Doctor honoris causa por diversas universidades del mundo y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, su labor fue reconocida con numerosos premios y distinciones internacionales. En 1981 el rey Juan Carlos I de España le otorgó el título de marqués de Salobreña
PACO DE LUCIA
(Nombre artístico de Francisco Sánchez Gómez; Algeciras, 1947 - Cancún, México, 2014) Músico español, considerado como el guitarrista flamenco de mayor prestigio internacional. Nació en el barrio de La Bajadilla de la ciudad andaluza de Algeciras, un barrio popular y predominantemente gitano. La calle, pues, y el ser hijo y hermano de músicos, lo familiarizaron con el flamenco desde su más tierna infancia.
De su padre, Antonio Sánchez Pecino, quien se ganaba mal la vida como vendedor ambulante de telas durante el día y por la noche tocaba la bandurria en los bailes de pueblo, y de su hermano mayor, Ramón de Algeciras, aprendió los primeros rasgueos, y a los seis años comenzó a estudiar guitarra «en serio». Incluso su madre, Luzía Gomes Gonçalves, una portuguesa de Monte Gordo acostumbrada a la vez a la pobreza de su familia numerosa y a la vena artística de sus miembros, lo veía más como una inversión de futuro que como un perjuicio.
A Paco, que al igual que el resto de sus hermanos Ramón, María Lucía, Pepe y Antonio, muy pronto tuvo que buscar trabajo y llevar un sueldo a casa, le costó superar su falta de instrucción, pero cuando tuvo que buscarse un nombre artístico no dudó en apellidarlo con el nombre de su madre.
Primeros aplausos en los tablaos
Como tal, Paco de Lucía comenzó a actuar a los doce años junto a su hermano Pepe (entonces Pepe de Algeciras) como el dúo Los Chiquitos de Algeciras, que cosechó el aplauso de muchos tablaos de Cádiz. Con catorce años obtuvo un premio en el Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, y aunque parezca sorprendente, fue entonces cuando inició su carrera internacional, ya que José Greco lo contrató como tercer guitarrista de su Compañía de Ballet Clásico Español, y en seguida emprendió su primer viaje a Estados Unidos.
Para él, el guitarrista más brillante del momento era el Niño Ricardo, amigo de su padre, y quería sonar igual de bien. Luego conoció a Sabicas y a Mario Escudero y sus influencias fueron variando, pero éstos le aconsejaron que buscara su propia forma de tocar, su estilo. El problema era que «para uno era un modo complicado de decir las cosas más sencillas, y para el otro un modo muy simple de decir cosas complicadas», recuerda el artista, quien confiesa haber resuelto el dilema el día en que supo que el estilo no es un punto de partida, como era su caso, sino un resultado; y, a fuerza de tocar, formó su propia personalidad.
En julio de 2004 era distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en septiembre obtenía también un Grammy Latino al mejor álbum de flamenco por Cositas buenas, que presentó durante el año en una gira mundial marcada por su intensidad.
Tradición e innovación
Maestro del mejor flamenco, pionero en su evolución y su apertura a la fusión con otras músicas y otros estilos, hubo un tiempo en que sus constantes aportaciones convirtieron a Paco de Lucía en un revolucionario del género. Ciertamente su influencia fue de tal calado que puede inferirse que a lo largo de su trayectoria cambió la concepción del toque en más de una ocasión.
Esa inquietud innovadora no siempre fue bien entendida por los defensores a ultranza de la ortodoxia del género, que al principio llegaron a causarle cierto desasosiego, si bien pronto entendió que él no podría traicionar jamás la esencia del flamenco porque lo llevaba en sus genes, e hiciese lo que hiciese sonaría a flamenco. A partir de ese momento empezó a tocar con mayor espontaneidad y a permitirse libertades inusitadas que a la postre resultaron siempre enriquecedoras.
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